
«Uno necesita reglas en las que se pueda confiar cuando falla el instinto”.
George Orwell
-Evita lo que ya ha sido usado. No uses metáfora, símil u otra forma que estés acostumbrado a ver por escrito.
-Elige la palabra más corta.
-Recorta todo lo que puedas.
-Escoge la voz activa. En esas frases es el sujeto el que realiza la acción.
-Cuanto más sencillo mejor. Nunca uses una locución extranjera ni palabras científicas si puedes encontrar una palabra equivalente.
-Rompe las reglas si hace falta.
Ray Bradbury
-No empieces escribiendo novelas. Escribe un cuento cada semana. Es imposible escribir 52 malas historias seguidas.
-Puedes amarlos, pero no puedes ser ellos. Recuérdalo cuando intentes, consciente o inconscientemente, imitar a tus escritores favoritos
-Examina cuentos de calidad: Roald Dahl, Guy de Maupassant, Nigel Kneale y John Collier.
– Llena tu mente. Lee antes de irte a dormir un cuento, un poema… Así después de mil noches estarás repleto de cosas.
-Aléjate de los amigos que no creen en ti.
-Vive en la biblioteca.
-Enamórate del cine. Preferiblemente de las películas antiguas.
-Disfruta escribiendo y si escribir te parece un trabajo, déjalo.
-No planees ganar dinero.
-Anota diez cosas que ames y diez cosas que odies. Luego escribe sobre ellas.
-Recuerda, con la escritura lo que estás buscando es solo una persona que venga y te diga: «te quiero por lo que haces». O en su defecto, a alguien que aparezca y diga: «No estás tan loco como la gente dice» .
Joseph Pulitzer
– Exprésalo brevemente, empleando solamente las palabras estrictamente necesarias para que lo lean.
-Con mucha claridad y sencillez, usando términos simples, comunes, de uso diario para que lo entiendan.
-En forma pintoresca y graciosa para que lo recuerden.
4.- Y con mucha veracidad y honestidad para que se guíen por esa luz.