DE MENHIRES Y HOMBRES

Está desde siempre en la memoria de los hombres. Impasible al paso del tiempo, al fuego, a la nieve y a los movimientos sísmicos que de vez en cuando asolan la zona.

No es muy alto, pero impone por su dureza y a la vez por su capacidad de transformar la energía que le rodea. De él emana la fuerza que recibe de la tierra.

En la noche de los tiempos lo adoraban. Nunca tuvo nombre porque era sagrado y lo sagrado no necesita pronunciarse, sólo le bastaba ser.

Menhir cgp1

Su datación es aproximada, se cree que es del tercer período megalítico, hacia el final del segundo milenio a. C. 

Hoy nadie recuerda ni sabe usar su fuerza. Hoy no tiene sentido. Sirve para acampar a su sombra, para hacer una foto más con el móvil.

Pero a veces alguien se acerca y no puede evitar tocarlo. Las manos se le escapan del cuerpo y se funden en él para convertirse en granito, en tierra y en cielo.

Ahora le llaman «Menhir del Pla del Bosc» y está en Eyne (Francia), el sitio en  donde hace más de cuatro mil años otras manos lo erigieron.

menhir Eyne

Impertérrito al paso de los hombres y de los días porque sabe que cuando sólo seamos sombras él aún estará allí.

 

 

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