«Hay una grieta en todo, así es como entra la luz». Leonard Cohen.
El Kintsugi es el arte de rescatar piezas rotas de porcelana con laca y oro puro. Es una técnica centenaria del Japón que repara los recipientes rotos convirtiéndolos en objetos aún más valiosos de lo que eran antes de romperse.
La tradición cuenta que se inició hace muchos años cuando los soldados japoneses volvían de las batallas exhibiendo orgullosos sus cicatrices, eso significaba que habían peleado y habían sobrevivido.
En Japón la porcelana no se tira, se arregla con oro, porque es más valioso un objeto que ha sufrido que uno que no.

Es la exaltación de lo usado, de lo vivido.
Es conservar y valorar lo que nos acompaña.
Es una filosofía de vida, una manera de ver el mundo.
Es un poema de Piedad Bonnett:
que no encierre belleza.
Una historia puntual se cuenta en ella,
algún dolor. Pero también su fin.
Las cicatrices, pues, son las costuras
de la memoria,
un remate imperfecto que nos sana
dañándonos. La forma
que el tiempo encuentra
de que nunca olvidemos las heridas.
De Explicaciones no pedidas, 2011
Buenos días, Carme,
Curioso, francamente. También muy bellas las fotografías. Y el poema.
Saludos
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Muchas gracias, Julio. Encantada de tenerte por aquí
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En otro tiempo a la porcelana se la llamó «oro blanco», es justo y adecuado que si hay que repararla se haga con oro auténtico. La sabiduría japonesa es certera e ilimitada.
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Muy buen comentatio. Gracias por tu aportación.
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Piedad Bonnett: es Colombiana, como Doris Salcedo, que realizó «la grieta» en el moma en el 2007, toda Colombia usa ese eufemismo. El poema tiene que referirse a esa grieta.
¡Chapeau, Carme!
Kissss y Kisssss
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Siii! Bravo Friné!Me encanta que pasees por mi campo. Kissss too.
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Muy curioso. Cierto que aquello roto y reparado es lo que indica que hemos sobrevivido. Muy buena tarde.
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Sí, lo roto y reparado es como si naciera dos veces. Gracias corazóndelmar. Un abrazo.
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Nos cuesta aceptar las heridas, sobretodo cuando son profundas. Encontrar la belleza es encontrar la oportunidad, es atender algo que quizá desatendimos, algo que olvidamos. Quizá la belleza está en valorar lo que ahora tenemos y no pasar de puntillas por la herida, reconocerla sin recrearte y amarla para sanarla. Todos tenemos costuras.
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Mapas que descifrar …, momentos de vida .
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Las cicatrices son más fuertes que la piel, son roturas fortalecidas.
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Me encanta el concepto y, desde luego, el resultado. Totalmente de acuerdo en que las cicatrices nos hacen personas más valiosas.
Precioso.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
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Sí, la experiencia y la superación del dolor hacen que seamos seres valiosos. Muchas gracias, Alberto. Un abrazo.
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