Vincent van Gogh (1853-1890), pintó unos novecientos cuadros y realizó más de 1600 dibujos. Se dice que solo llegó a vender uno en toda su vida. Fue este:
“El viñedo rojo cerca de Arlés” 1888.
” He terminado también una tela de una viña toda púrpura y amarilla con menudas figuras azules y violetas y un sol amarillo.” Cartas a Théo (Nov. 1888).
Es un cuadro simple, casi infantil, pero muy potente por los colores y el movimiento, que te atrapa y te muestra la vida en la Provenza durante la vendimia.
“Más vale ser atrevido aunque se cometan muchos errores que ser estrecho de mente y demasiado prudente”.
Así entendía V. van Gogh el Arte, pero a finales del siglo XIX los pintores academicistas consagrados lo consideraban un atrevimiento y una aberración.
Durante el otoño de 1883 en Bruselas un grupo de artistas insatisfechos se reveló contra las normas impuestas y formaron el grupo de Los Veinte, se llamaron así por ser ese el número de sus componentes, (entre ellos: Auguste Rodin, Robert Picard, Dario Regoyos, Anna Boch…) y porque se aproximaba el nuevo siglo. Entre 1884 y 1893 organizaron exposiciones anuales a las que invitaban a la vanguardia artística de París.
La exposición de 1990 contaba como artistas invitados a Toulose Lautrec, Eugène Boch, Cézanne, Pisarro y un tal Vincent van Gogh amigo personal de Eugène Boch quien había sido el que le había propuesto para la muestra. Vincent presentaba varios cuadros entre ellos dos de girasoles y “El viñedo rojo”.
Días antes de la inauguración cuando Henri de Groux, uno de los veinte, vio sus pinturas anunció que sus obras no se presentarían junto al abominable jarrón de girasoles de Monsieur Vicent o cualquier otro provocador, pero el resto de los artistas del grupo apoyaron a Van Gogh.
H. de Groux, muy disgustado, dijo de él, durante la cena de la inauguración, que era un ignorante y un charlatán, esas palabras le valieron un duelo con Toulouse Lautrec que al final no se realizó porque Signac intermedió.
Anna Boch, la única mujer que participaba en el grupo de los veinte y que ya era una reputada pintora, autora de obras como “Remendando redes” y “La cosecha”, se dice que para apoyar a su hermano Eugène que había insistido en que Van Gogh fuera uno de los participantes, compró el cuadro “El viñedo rojo” por cuatrocientos francos.
Lo cierto es que también era una gran coleccionista de cuadros y que tenía mucha visión de futuro. La pintura está ahora en el museo Pushkin de Moscú.
Ninguno de sus demás cuadros se vendió.
En 1987 la sala Chiristie’s subastó uno de sus lienzos de la serie ” Los girasoles” por veintidós millones y medio de libras esterlinas. La puja apenas duró más de cinco minutos y el comprador pagó además otros dos millones y cuarto de libras en concepto de comisión de la casa de subastas.
“Y no puedo hacer nada, ante el hecho de que mis cuadros no se vendan. Llegará un día, sin embargo, en que se verá que esto vale más que el precio que nos cuestan la pintura y mi subsistencia, de hecho, muy pobre” (25 de octubre de 1888).
El mes pasado visité la exposición interactiva de Van Gogh que se ha celebrado en Barcelona y comentaba con los amigos con los que fui esto mismo que tú nos cuentas, que el pobre Vincent solo logró vender un cuadro (incluso yo pensaba que no había vendido ninguno) y que su vida fue de existencia muy precaria. El tiempo le ha dado la razón y su obra se aprecia ahora lo que no se apreció mientras vivía, lo que hubiera correspondido a una pintura excepcional (en mi opinión). Al final va a ser cierto aquello de que el tiempo pone a cada uno en su sitio.
Besos veraniegos.
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Hola, Chelo! Qué bueno verte por aquí! Yo también creo que el tiempo hace que las cosas caigan por su propio peso. Van Gogh dijo en una de sus cartas a su hermano que quizás sería bueno vivir varias vidas para ver todo desde distintas perspectivas. Si él levantara la cabeza ahora no sé qué pensaría. Un fuerte abrazo y feliz verano.
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Vivir varias vidas sería estupendo.
Feliz verano también para ti.
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Las innovaciones en cualquier campo siempre despiertan recelos, como pasó Con los nuevos estilos pictóricos.
Muy interesante, Carme.
Besos.
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Sí, aceptar lo diferente siempre es difícil, pero la genialidad siempre acaba cayendo por su propio peso. Un abrazo y buen fin de semana. Carme.
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Interesante. Yo tengo oído que su hermano le compró unos cuantos cuadros (sin decírselo a él, como si hubiera sido otra persona el comprador, para animarlo).
Las cosas de la vida: Van Gogh, pobre de solemnidad, y después de su muerte otros haciéndose de oro comerciando con sus despreciadas pinturas.
Saludos
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Hola, Julio. Yo también he leido que posiblemente no fue el único cuadro que vendió, pero eso es muy difícil de de demostrar porque Van Gogh regaló muchas de sus obras y otras las cambió por cosas necesarias para poder sobrevivir. Un saludo
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Me ha encantado el relato, el cuadro y, supuesto, también los girasoles.
No conocía la historia de la venta del cuadro.
Es un placer leerte.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
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Gracias por tu comentario, Alberto. Verdaderamente es una historia curiosa. Un abrazo.
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This story is true of many artists because they see things that are not obvious to those whose “daily grind” blocks out all creativity!
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Dicen que el cuando estaba inspirado pintaba mucho lo cual dice que muchos cuadros de el los utilisaban para lanzar dardos tiro al blanco con dardos
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Sii, no me extrañaria nada! Gracias, Jonathan.
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Da lastima la vida que tuvo, sin reconocimiento a su obra, enfermo, y viviendo en la pobreza.
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Tuvo una vida dura, a veces es el precio de la inmortalidad.
Muchas gracias Jose por tu comentario.
Un abrazo.
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