Esas fueron las últimas palabras que Alejandra Pizarnik, poeta argentina 1936-1972, dejó escritas en su casa el día de su suicidio en Buenos Aires el 25 de septiembre de 1972.
Pizarnik fue una de las grandes voces surrealistas de la generación de los sesenta en América latina. Toda su obra está impregnada de pasión, de sentimiento y de muerte
SOMBRA DE LOS DÍAS A VENIR
Mañana
me vestirán con cenizas al alba,
me llenarán la boca de flores.
Aprenderé a dormir
en la memoria de un muro,
en la respiración
de un animal que sueña.
Se la definió como la poeta maldita de América, era extravagante, andrógina, bisexual. En la adolescencia había padecido acné, asma, tartamudeo y tenía tendencia a la obesidad, Se aisló de un mundo al que no entendía, que no la aceptaba y que acabó recluyéndola en un hospital psiquiátrico.
En sus poesías escribe sobre el silencio, la muerte, la locura, la ausencia
EN ESTA NOCHE, EN ESTE MUNDO
A Martha Isabel Moia
En esta noche en este mundo
las palabras del sueño de la infancia de la muerte
nunca es eso lo que uno quiere decir
la lengua natal castra
la lengua es un órgano de conocimiento
del fracaso de todo poema
castrado por su propia lengua
que es el órgano de la re-creación
del re-conocimiento
pero no el de la resurrección
de algo a modo de negación
de mi horizonte de maldoror con su perro
y nada es promesa
entre lo decible
que equivale a mentir
(todo lo que se puede decir es mentira)
el resto es silencio
sólo que el silencio no existe
no
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?
en esta noche en este mundo
extraordinario silencio el de esta noche
lo que pasa con el alma es que no se ve
lo que pasa con la mente es que no se ve
lo que pasa con el espíritu es que no se ve
¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible.
Vivió en París trabajando de traductora, allí conoció, fue amiga y protegida de escritores como Cortázar, Octavio Paz, Ítalo Calvino, Rosa Chacel o Mujica Láinez, con quien realizó una exposición de sus dibujos y pinturas.
Ella decía: «La poesía no es una carrera sino un destino».
Despedida
Mata su luz un fuego abandonado.
Sube su canto un pájaro enamorado.
Tantas criaturas ávidas en mi silencio
y esta pequeña lluvia que me acompaña.
A Ester Singer
Alguna vez
alguna vez tal vez
me iré sin quedarme
me iré como quien se va
Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.
Muy interesante tu entrada. Tengo pendiente leer a la autora.
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Gracias hierbaroja. La autora es un poco deprimente, pero magnífica. Un abrazo.
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Agradezco esta magnífica entrada sobre Alejandra Pizarnik, un referente para cuantos amamos la poesía.
Un abrazo.
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Triste, pero muy profunda. Gracias, Isabel. Un abrazo.
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No la conocía. Gracias por el descubrimiento.
Es un placer leerte.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
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Es una de las grandes. Gracias Alberto por tu amabilidad. Un abrazo.
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Gracias por la información. Gran aporte de esta web. Reciba un cordial saludo!
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