Antes el dibujo y la pintura servían para reproducir y conservar en el recuerdo paisajes y personas, desde que apareció la fotografía en el siglo XIX su esencia cambió, pero sigue habiendo un tipo de dibujos en donde la reproducción para el recuerdo aún es crucial e insustituible. El dibujo forense.
Lois Gibson es una de sus máximas exponentes. Trabaja para la policía de Houston y esta es su historia.
Todo empezó con un suceso muy desgraciado. En 1971 y con 21 años fue asaltada y violada en Los Ángeles, fue tal el impacto que le provocó que no pudo ni denunciar los hechos, pero retuvo la cara de su agresor, poco más tarde y por casualidad le volvió a ver cuando era detenido por la policía por otro delito.
Años después se licenció en Arte y se dedicó a hacer retratos callejeros para poder sobrevivir. Se trasladó a Houston al enamorarse de un turista que posó para ella de modelo. Fue allí en donde un día se ofreció a colaborar con la policía al no poder olvidar su experiencia traumática. Desde 1989 Lois ha ayudado a identificar más de 1266 delincuentes.
Al principio nadie creyó que aquella pintora pudiera resolver nada, sobre todo porque la gente cuando es agredida tiende a no querer recordar nada, pero ella no les preguntaba por la cara sino por la expresión, eso les desbloqueaba y así empezaba a dibujar.
Lois también puede reconstruir rostros a través del tiempo, con fotos de niños desaparecidos o dados en adopción ha ayudado a su identificación al poder dibujar su apariencia actual. Incluso a rescatar los rostros de personas asesinadas en el Holocausto gracias a los testimonios de familiares.
Hoy da clases en el Instituto de Arte Forense de Houston que fue fundado por ella.
«Tengo 68 años y te juro que no puedo dejar este trabajo. Soy una adicta. Es demasiado maravilloso poder detener asesinos con solo un dibujo».
Admirable.
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Gracias, Luis! El arte siempre ayuda. Un beso.
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