Saskia Uylenburg (Leeuwarden, 1612-Amsterdam, 1642) fue la esposa de Rembrandt. Su historia es romántica y trágica. Estaban muy enamorados, pero ella enfermó poco después de casarse.
Rembrandt la dibujó justo después de pedirla en matrimonio con la flor en la mano que le regaló.

Debajo del retrato él mismo escribió: «Este es el retrato de mi esposa de 21 años, a los tres días de nuestro compromiso. El 8 de junio de 1633”.
Saskia aparece en muchos de sus cuadros como modelo, en escenas cotidianas o representando figuras mitológicas. En muchos de ellos lleva en la mano una flor, símbolo de la felicidad conyugal.

Tuvieron tres hijos que fallecieron poco después de nacer y uno que sobrevivió: Titus. Saskia murió al año siguiente, tenía 29 años, se cree que a causa de la tuberculosis, y fue enterrada en la Oude Kerk de Amsterdam. Rembrandt acababa de terminar su obra «Ronda de noche». En el cuadro aparece un ángel junto a las dos figuras centrales que emite luz propia. Su cara recuerda mucho a Saskia. Después de su muerte estuvo años sin pintar.

Pero la vida sigue y el pintor tuvo que cuidar del niño. La sirvienta Hendrickie Stoffels, se convirtió en su nueva compañera. No pudo casarse con ella porque hubiera perdido los derechos sobre la herencia de Saskia, quizás no quiso. Hendrickie murió en 1662 y Rembrandt se vio obligado a vender la tumba de Saskia para poder pagar su entierro.
La tumba de Saskia está en la Oude Kerk, en un lugar oscuro, pero cada 9 de marzo a las 8.39 de la mañana un rayo de sol la ilumina. Para agradecer esa luz y recordar a Saskia, cada año ese día y a esa hora se reúne gente en las afueras de la iglesia y se celebra un desayuno al sol.

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