Hubo un tiempo, en otra cultura, que una criatura marina sublimó el ritual humano de la alimentación y se convirtió en el enviado de los dioses, los incas lo llamaban mullu, nosotros lo conocemos como spondylus.
Su color escarlata en el fondo del mar anunciaba la corriente del Niño, era el indicador, el augurio de lo que iba a pasar. Era la palabra de los dioses y además su regalo más preciado, su alimento divino.
En la cultura Chimú aquella concha roja con apófisis puntiagudas, no era solo un bien material. Era Dios. El tener uno confería a quien lo poseía un elevado estatus social y espiritual. Cuando los conquistadores descubrieron la importancia que estos moluscos tenían para los incas recogieron muchos del fondo del mar ayudados por sus hombres y sus naves. Se los cambiaron por oro despreciando su significado y pensando que estaban haciendo un gran negocio. Los indígenas tampoco entendieron ese trueque y se rieron de esos hombres que querían cambiar los regalos de sus dioses por simples metales amarillos. Así se fue acabando el oro y el mensaje sagrado de los spondylus.
Sobre ellos Gaspar Burón y Carme García presentamos la instalación «Spondylus» en un lugar muy especial, en una pescaderia que a su vez es una sala de arte: «La Peixateria Sala de Creació Artística» de Sant Boi.
En ella se pretende recuperar el sentido de ese trueque espiritual. Imágenes, volúmenes y palabras para la gente que va a comprar pescado, que va a cambiar monedas por criaturas del mar, para que cuando absorban su esencia puedan ser pez, alga y spondylus; y así se produzca el gran intercambio. La fusión absoluta con todo lo creado.
Carme García i Parra.