Las primeras sensaciones que tuvimos al nacer fueron a través del tacto.
Las contracciones que nos expulsaron al mundo, el cambio del fluido caliente que nos envolvía por la ligereza del aire, las manos que nos recogieron, la quemazón al respirar que nos provocó el oxígeno en los pulmones.
Ese humilde sentido fue el que nos presentó a la vida. Luego vino lo demás, el sonido, la luz a través de los párpados cerrados, el olor de nuestra madre, el sabor de su leche.
Y de ahí llegamos al Todo.
Sirvan estas líneas de pequeño homenaje, a través del arte, al quinto de nuestros sentidos, para recordar que aunque a veces es considerado como el último, éste no es el menos importante. Para no olvidar que un día fue el primero.
UN TAPIZ. UNA PINTURA.UNA ESCULTURA. UNA CITA Y UNA POESÍA

De la serie tapices del unicornio: El quinto tapiz. El sentido del tacto:
Una Dama sostiene en una mano un estandarte con las armas de su señor, y con la otra toca amorosamente el cuerno del unicornio. Es un panel muy íntimo, pues la Dama acaricia el cuerno al Unicornio, símbolo masculino por excelencia. El león está a un lado y mira. Acepta.

Alegoría del tacto. Jan Brueguel el Viejo.
Es una pintura en donde todo se siente en la piel. El dulce beso de Cupido a la mujer desnuda. El peligro de la picadura de los escorpiones que acechan desde la tierra. La suavidad de la tela del techo. La frialdad y dureza de los metales en el suelo, de la ballesta y las flechas El apoyo, gracias a un palo, de la armadura incompleta. El calor insoportable delante de las puertas del infierno.

La fusión de dos amantes en un beso. De Jan Svankmajer.

Acompañado por el quinto mandamiento de su decálogo:
«Si tienes que decidir a qué debes conceder prioridad, si a la mirada o a la experiencia del cuerpo, da siempre prioridad a la experiencia del cuerpo, puesto que el tacto es anterior a la vista y su experiencia mucho más fundamental. Es más, en el estado actual de la civilización, una civilización audiovisual, el ojo está extremadamente fatigado y “maltrecho”. La experiencia corporal es más auténtica y no ha tenido que soportar hasta el momento el peso del esteticismo. Pero el punto que no debes perder de vista es la sinestesia»
Jan Svankmajer
EL GOZO DEL TACTO
(Dámaso Alonso)
Estoy vivo y toco
Toco, toco, toco.
Y no, no estoy loco.
Hombre, toca, toca
lo que te provoca:
seno, pluma, roca,
pues mañana es cierto
que ya estarás muerto,
tieso, hinchado, yerto.
Toca, toca, toca,
¡qué alegría loca!
Toca. Toca. Toca.