Aprendo cada día a desaprenderme.
No soy lo que tú ves ni lo que piensas de mi.
Ni soy lo que digo o pienso.
No hagas el esfuerzo de etiquetarme
No soy nada de eso.
Haz silencio.
Eso somos.
Begoña Abad es una escritora de cuentos y poeta que nació en 1952 en Villanasur del río Oca (Burgos) y vive en Logroño. Durante cincuenta años vivió una vida que —ha explicado— «no era la suya», dedicándose a cuidar a su marido y sus hijos y a hacer cosas útiles que era lo en que aquel tiempo la historia reservaba a las mujeres. También a esa edad se independizó económicamente trabajando en la portería de un edificio en Logroño. Encontró en la poesía su refugio. «Soy una abridora humilde de puertas y de almas».
Ha escrito: Begoña en ciernes , La medida de mi madre, Cómo aprender a volar y Estoy poeta.
Ha publicado diversos poemarios y su poesía ha sido incluida en diversas antologías y revistas. Ha participado en varios de los encuentros poéticos Voces de extremo en Moguer y Logroño, y fue durante ocho años vicepresidenta del Ateneo Riojano de Logroño.
El otro día conocí su poesía por casualidad, buscando información, leyendo un cuento. Pero no sé porqué estoy explicando nada. Mejor que siga hablando ella.
No necesito un hijo que me quiera,
ni que sea feliz, ni hermoso,
ni que triunfe y me sonría,
ni un hijo que me cuide,
me proteja, me tutele.
Necesito, simplemente,
un hijo que me sobreviva
y al que poder amar hasta el final.
Si me faltara,
¿qué haría yo con tanto amor
como me crece para él
cada mañana?

Y una frase de ella:
Para aprender a amar hay que nacer muchas veces.
