La naturaleza, la música, la literatura, la pintura… son regalos que nos llegan desde fuera. Nos pueden satisfacer, nos pueden dar momentos sublimes de felicidad, incluso nos pueden introducir en mundos a los que nunca hubiéramos soñado llegar. Pero un día todas esas maravillas saben a poco y sientes la necesidad de expresar, de ser tú quien ofrezca a los demás parte de lo que has recibido. Ese día empecé a escribir.
