Orgasmos cerebrales

También se llaman ASMR  Autonomous Sensory Meridian Response, «Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma». Es una sensación en la piel, como de hormigueo, que normalmente empieza en el cuero cabelludo y va recorriendo la parte posterior del cuello y la columna vertebral. Produce una ligera sensación de euforia y relajación, normalmente se desencadena por estímulos ​auditivos con determinados tipos de voces en tono bajo y con susurros. A veces también con estímulos visuales como el observar gente manipulando objetos suavemente.

La ciencia lo compara con el efecto euforizante y placentero de los primates cuando se asean o de despiojan unos a otros que no solo sirve para estar limpios sino para establecer lazos afectivos entre ellos y aumentar el instinto de supervivencia.

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Como cuando alguien te cepilla el pelo o te hace trenzas

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Es una sensación que tienen muchas personas, pero que quizás no han comentado nunca con los demás por ser algo que se considera trivial o intimo, aunque no todo el mundo puede experimentarlo.

En una serie de televisión americana sobre el arte «The joy of painting· presentada por el pintor Bob Ross, se observo que inesperadamente provocaba esos efectos en los oyentes de una manera totalmente no intencionada.

Es un vídeo interesante, también por ver cómo realiza la obra pictórica el artista. Por su supuesto no a todo el mundo le provoca ASMR, depende de las sensibilidad de cada uno. 

También se produce al oír algunos sonidos cotidianos. Hay personas que se dedican a realizar vídeos que duran horas para provocar ASMR. Casi todos empiezan con una voz, masculina o femenina susurrante que a veces lo hace parecer poco serio, pero en las personas que pueden experimentarlo ayuda a reducir la ansiedad o a mejorar el insomnio.

No es algo nuevo. En la literatura también hay ejemplos de ello.

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En la novela de Virginia Wolf «La señora Dalloway» hay una descripción que podría compararse al efecto ASMR cuando una enfermera habla a su paciente: «…profundamente, suavemente, como un órgano suave, pero con una voz áspera como la de un saltamontes, que raspaba deliciosamente su columna vertebral y la enviaba corriendo hacia las ondas sonoras de su cerebro».

Sin duda es una buena definición de ese estímulo sonoro, de esa sensación placentera  que puede compararse a un orgasmo sentido en el cerebro.

 

Un comentario

  1. Sí he sentido alguna vez esa sensación, cuando algo me ha emocionado sin saber muy bien porqué…
    El vídeo del pintor me ha encantado. Gracias, Carme. Y el otro vídeo, que aún no he terminado de ver y escuchar, la verdad es que produce una sensación muy placentera.
    Un abrazo.

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