Este libro es un misterio, es como un puzzle y no está ideado para ser leído sino para ser contemplado. Entre otras cosas porque el original está hecho de recortes a modo de collage y los textos son anotaciones que aparecen manuscritas al margen o que están entre los dibujos.
Fue el regalo de John Bingley Garland en 1854 a su hija Amy cuando llegó a la edad adulta para mostrarle cómo era el mundo, lo visible y lo invisible.
En él hay fragmentos recortados y modificados (algunos) de dibujos de William Blake, y por todas partes hay gotas de tinta china roja que parecen gotas de sangre.

Tiene un marcado acento religioso con citas bíblicas del Libro de los Salmos, del Génesis y del Apocalipsis, pero va más allá, también se esconden entre sus páginas poemas de Shakespeare, de Dante, de Wordsworth, de W. Blake.
«Aquel que lamenta que hayamos de abandonar estas vestiduras de frágil humanidad, para vivir en adelante la inmortalidad en lo alto, ese no ha visto el dulce frescor del celestial diluvio» Dante.

Sugerentes títulos van presentando cada lámina: El pórtico, Cambio, Réquiem, Mutación, El Río Eufrates , El retorno del Arca…
Ahora en diciembre de 2019 se ha publicado por primera vez este libro de las maravillas a modo de facsímil. Nadie ha podido explicar su significado ni desentrañar su esencia.

Es un libro para guardar, para poseer, porque cada página es un enigma que no siempre permite ser entendido en el mismo momento en el que es leido.
Dicen que falta una de las láminas, una de las del final del libro desapareció. Eso también forma parte de su misterio.
