Riyoko Ikeda

El chico más viejo del mundo

Así se define Björn Andresen (Estocolmo, 1955), el Tadzio de Muerte en Venecia (1971), en el documental sobre su vida » El chico más bello del mundo», que ha realizado la directora Kristina Lindströn en 2021, 50 años después del estreno de la película.

Este reportaje, casi perfecto en su realización, consigue adentrarnos en los terrenos pantanosos de la infancia del protagonista, la desaparición de sus padres, los abusos infantiles, la fama a deshora y sin recursos emocionales para sobrellevarla, la soledad.

Björn no solo era un chico muy hermoso, también era alguien sensible, artista, al que entusiasmaba la música y la interpretación con el piano.

Junto con su hermana estuvo a cargo de su abuela después del suicidio de su madre, del cual la familia nunca les comentó nada, absolutamente nada.

Fue su abuela la que le apuntó al casting de Muerte en Venecia en donde se pedían adolescentes bellos y virginales, en donde se buscaba a alguien que representara la belleza pura como contraposición a la muerte.

Uno de los momentos más impactantes del documental es ese casting que se emite casi íntegramente, cuando el «divino» Visconti le pide al chico que se desnude parcialmente. En esas imágenes se puede apreciar en la cara del chico sorpresa, duda, vergüenza, miedo…

Björn ya no sería Björn, sería para siempre Tadzio, y eso para él fue pagar un precio demasiado caro. Casi todo el equipo de filmación, minuciosamente elegido por Visconti, era homosexual. Al acabar el rodaje, con 15 años le pasearon como un trofeo por todos los clubs gays, él empezó a beber para sobrellevarlo porque no se atrevía a decir que no.

Y así siguió su historia, entre la fama, y la autodestrucción. Llegó a ser un ídolo de masas en Japón. Sony le promocionó en varias actuaciones musicales en las que cantó en japonés y que tuvieron bastante éxito sobre todo para eslóganes de publicidad. Muchos héroes del Manga se inspiraron en él.

Riyoko Ikeda, la famosa ilustradora, creó un personaje a su medida que arrasó entre las jovencitas: «Lady Oscar» en La Rosa de Versalles».

Él lo vivía así: «Como si hubiera una membrana surrealista separándome del resto del mundo»

En el documental cuenta como la vida fue pasando y tuvo más ausencias, más muerte y más dolor. Hoy Börjn tiene una apariencia extraña y envejecida. Es como si se ocultara con su pelo larguísimo y su barba, pero lo que sí conserva es esa extrema fragilidad que a veces le hace parecer un niño.

La historia acaba en la misma playa del Lido en donde se rodó «Muerte en Venecia». Björn vestido con una gabardina larga y negra le recita al mar una poesía, el poema que escribió su madre para despedirse, pero introduciendo alguna frase suya, confundiéndose los dos en uno solo.

Quedaté quieto, no más palabras duras

No queda mucho de mi.

No llores por mi, ya no hay fuego que apagar

Ya no tengo un sentido de lo que soy y de lo que no soy

Miro alrededor, ¿Ese soy yo o es Tadzio?

Me estoy volviendo cada vez más invisible.

He dado todo lo que tengo

Pero no voy a morir, lo que queda: una puerta.

No muero, solo desaparezco.

Tal vez me vuelva a despertar

Entonces volveré a buscarte.

En esa misma playa vuelve a aparecer Björn, pero esta vez no es Björn, es Tadzio. Es una de las imágenes finales y más mítica de la película. Se le ve a contraluz, dentro del mar y señalando el horizonte. Nadie supo exactamente qué significaba, ni siquiera Visconti.

La película documental está en Filmin. Vale la pena verla. Sí, porque todas las historias de los demás forman parte de la nuestra.