Cuando en 1894 el barón de Coubertin fundó el Comité Olímpico Internacional proclamó que una de sus funciones sería “…unir en matrimonio legítimo el músculo y la mente” , que las Olimpiadas modernas no solo serían físicas sino que también incluirían Arte y Literatura. Duró poco tiempo, de 1912 a 1948, pero en siete Olimpiadas se otorgaron más de 151 medallas en concursos artísticos.
La primera participación oficial fue en Suecia en 1912, en los Juegos de Estocolmo. Varias organizaciones se opusieron, entre ellas el Comité Organizador de la ciudad anfitriona, pero el barón terminó consiguiendo su objetivo.
Se compitió en cinco categorías: arquitectura, música, pintura, escultura y literatura. Todas las obras presentadas “debían ser originales e inspiradas en el deporte».
Solo se recibieron 33 obras y se otorgaron 5 medallas de oro y una de plata, pero la calidad fue decepcionante.
En olimpiadas posteriores el nivel y la participación se fue acrecentando. Estas fueron algunas de las obras ganadoras:

Carlo Pellegrini “Winter Sports”, medalla de oro en pintura 1912

«Skaters”, de Johan van Hell, medalla de bronce en pintura en los Juegos de 1924.

Rugby”, de Jean Jacoby, medallla de oro de pintura en 1928

Walter Winans, medalla de oro en escultura en 1912.
Este artista también había sido el ganador de dos medallas olímpicas en tiro al blanco.
Oda al Deporte
I
¡Oh, deporte, placer de los dioses, esencia de la vida!
Has aparecido de pronto, en medio en la gris claridad
en que se agita la ingrata labor de la existencia moderna,
como mensajero radiante de los años pasados,
años aquellos en que la humanidad sonreía.
Y sobre la cima de los montes, se ha posado un resplandor de aurora,
y rayos de luz han iluminado el oscuro arbolado.
Esta Oda de Georges Hohrod y a M. Eschbach fue medalla de oro literaria en 1912 estaba dividida en nueve apartados y escrita en alemán y francés para resaltar la cooperación de los idiomas y los países. Después de entregados los premios se descubrió que era obra del propio barón de Coubertin que se había presentado bajo seudónimo para animar la participación.

Finalmente, en los Juegos de 1948 se decidió el cese de las competiciones de arte. Estas fueron reemplazadas por una exhibición conocida como la Olimpiada Cultural y que aún se celebra en nuestros días.
Se dijo que no formaba parte del espíritu olímpico que los artistas presentaran sus obras y después hicieran dinero con ellas
A todo esto, muchos miembros del mundo del arte vieron las competiciones con desconfianza, no querían tener que competir porque podría dañar su propia reputación.
«Lo más importante del deporte no es ganar, sino participar, porque lo esencial en la vida no es el éxito, sino esforzarse por conseguirlo.» Pierre de Coubertin.
Una interesantísima entrada, Carme. Muchas gracias.
Un abrazo.
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Hola Carme, muy pero que muy interesante tu post.
No conocía esta parte de la historia de los juegos olímpicos y pienso como Pierre de Coubertin: “Lo más importante del deporte no es ganar, sino participar, porque lo esencial en la vida no es el éxito, sino esforzarse por conseguirlo.
Un placer leerte.
Saludos.
Ana.
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Hola, Anallasa. Muchas gracias por tu comentario. Un fuerte abrazo.
Carme
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Gracias, Isabel. Es verdaderamente curioso eso de tener una medalla olímpica de arte, aunque durara poco. Un abrazo. Carme.
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Yo tampoco conocía esa parte de los Juegos, siempre es muy interesante lo que nos traes en tus entradas, gracias Carme.
Un abrazo.
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Muchas gracias, Estrella, es un placer tenerte por aqui. Besos.
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Muy interesante! Muchas gracias.
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Gracias, Barbara. Las posibilidades en temas de arte son infinitas! Un abrazo
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